
«Mané» Garrincha fue uno de los mejores futbolistas brasileños de todos los tiempos, un extremo sumamente habilidoso, fue el «rey del regate» en su época.
Junto a Pelé formaron una dupla demoledora en el Mundial de Suecia 1958, que acabó con la consagración del equipo brasileño, y cuatro años después también clave para el bi campeonato en tierras chilenas.
Lo cierto es que Garrincha estuvo a punto de no ir al Mundial 1958, por recomendación del Psicólogo Joao Carvalhaes al entrenador Vicente Feola.
Era tal la ambición de Brasil de conseguir su primer Mundial, que para esa oportunidad además de un entrenador y masajista, la Confederación puso a las órdenes de la delegación un Doctor, un dentista, un preparador físico, y un psicólogo.
El Sr. Carvalhaes hizo una prueba sencilla a todos los convocados, para tratar de determinar su capacidad mental.
Garrincha sacó la peor nota en esa prueba, que consistía simplemente en dibujar la figura de un hombre.
El Psicólogo le explicó a Feola que Garrincha no estaba capacitado mentalmente para disputar una Copa del Mundo, porque no iba a poder soportar la presión.
Lo cierto es que Feola hizo caso omiso a las recomendaciones del Psicólogo, que incluía también dejar fuera de la plantilla a Pelé por ser demasiado joven.
La historia después ya es conocida, tras no ver acción en los dos primeros partidos de la serie, y con el peligro latente de quedar eliminados en primera fase, Feola incluye a Pelé y Garrincha en el encuentro decisivo ante Unión Soviética, donde vencerían 2-0.
De allí en más Brasil arrasó en el torneo, y acabó consagrándose campeón del Mundo por primera vez.
Volviendo a Garrincha, era muy cierto lo del Psicólogo, de que no era una mente brillante, ya que solo pensaba en una pelota de fútbol.
Cuentan una anécdota muy curiosa de él en Suecia, dicen que compró una radio, y al encenderla como no entendía nada (se agarraban solo radios suecas) la tiró a la basura. «El radio está dañado, no entiendo nada de lo que dice», fueron las palabras de Garrincha, ante la risa generalizada de sus compañeros.
Antony Callero